Jonel Perlea fue uno de los directores de orquesta rumanos más importantes del siglo XX, especializado en la ópera italiana y alemana. A él se debe el estreno en su país de Los Maestros Cantores o El caballero de la rosa. Tras permanecer en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial, se trasladó a Nueva York donde dirigió y enseñó música en la Manhattan School. Un derrame paralizó su brazo derecho, el de la batuta, así que aprendió a dirigir con su mano izquierda.
Su tocayo John Barbirolli, director y cellista, está indisolublemente unido a la Hallé Orchestra, de Manchester, a la que salvó de la desaparición en los años cuarenta del siglo XX y que dirigiría durante casi tres décadas, alzándola como una de las mejores agrupaciones británicas. El padre y el abuelo de Barbirolli, italianos, habían participado en el estreno del Otello de Verdi junto a un joven cellista llamado Arturo Toscanini. Curiosamente, en 1937, John Barbirolli sustituiría al parmesano al frente de la Filarmónica de Nueva York, y llevaría al disco Otello con la New Philharmonia.
Otro director asociado a una única orquesta fue el húngaro George Szell, nacionalizado norteamericano, que dirigió la Orquesta de Cleveland durante un cuarto de siglo, convirtiéndola en una de las mejores del mundo. Las grabaciones que hizo en la agrupación aún se consideran referencia gracias a unos ensayos que para él no eran tales. Se decía que Szell daba siete conciertos a la semana con su orquesta, dos con público.
En 1972, el cantautor norteamericano Don McLean publicó la que sería la canción que le daría fama universal, American Pie, un hito de la cultura estadounidense. Su verso más célebre, “el día que la música murió”, hace referencia al fatídico accidente de avión del 3 de febrero de 1959, en el que fallecieron los músicos de rock and roll Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper.
Ese mismo título, El día que la música murió, podrían haber utilizado los teletipos internacionales el 29 de julio de 1970, cuando se conoció la muerte de Jonel Perlea, John Barbirolli y George Szell, tres de los mayores directores de orquesta del siglo XX, fallecidos el mismo día con pocas horas de diferencia.
Pero la coincidencia habría sido menor de no ser por la enorme fortuna de Barbirolli, que el 1 de junio 1943 cambió a última hora su billete de avión por otro pasajero. En plena II Guerra Mundial, ese aeroplano fue derribado por bombarderos alemanes frente a la costa española, pensando que en él viajaba Winston Churchill, muriendo todos los pasajeros y la tripulación. La persona con la que Barbirolli había cambiado el vuelo era el actor Leslie Howard, protagonista de Lo que el viento se llevó.
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